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Solo hay algo tan doloroso como un grito, el silencio...

Crónica de un otoño o historia de un amor invertido.

Crónica de un otoño o historia de un amor invertido.

Hace poco he descubierto que una persona (personilla diría yo, cariñosamente) tiene un blog (que voy a enlazar hoy), esta personilla vuelve periódicamente a mi vida para que no me olvide de su cara (¡ni de sus ojos!), de hecho un día antes de descubrir su blog soñé con ella.

Pero yo lo que quiero contar es una historia, esta historia es la de un beso, y la de un amor de otoño. Mi historia de amor con esa personilla.

 Llevábamos todo el verano tonteando, yo la conocí por azar, a veces pienso ¡bendito azar!... Volvimos a vernos en septiembre, en mi casa, en la cena de apertura de curso (¿tú estabas Xavi? Es que no lo recuerdo) Recuerdo como todo mi cuerpo tembló a finales de septiembre cuando me susurró al oído "me gustas mucho", sonrió con sus ojos azules y añadió "¿no te habías dado cuenta?" Pero fue un uno o un dos(recuerdo que acaban de empezar las clases) de octubre de 2002 cuando me dio mi primer beso (digo que me dio, porque yo nunca hubiese tenido valor para dar el primer paso), recuerdo que fue en los paseillos, en el banco que hay junto al CEPAD, que las hojas de los árboles se empezaban a caer y las moscas no habían muerto aún.

 Digo que era un amor invertido, porque los amores estacionales suelen ser primaverales o veraniegos, suele sser esa chica que conoces en la playa y que cuando te vas en septiembre la dejas, o ese chico de la fiesta de primavera que cuando llega junio se marcha para siempre... El nuestro fue siempre un amor invertido, que nació del calor y murió con el frío, que perdió las hojas a la par que los árboles hasta quedarse desnudo y helado como el invierno que lo mató...

 Ella dijo después de darme el primer beso, que cuando se da el primero se corre el riesgo de que vengan muchos más... y así fue, después de ese beso, vinieron los martes, todos los martes comíamos juntos, y compartíamos besos y abrazos hasta el anochecer. Llegaron las lluvias y yo aguanté más de una a la puerta de su colegio mayor esperando para verla una hora. Pero también llegaron las noches de pasión y el despertarme junto a ella y que el alba me sorprediese mirando sus ojos azules.

Después vino el frío y la Navidad, y ella cambió, se volvió a enamorar de su ex (¿al que dejó para estar conmigo?) y un 7 de enero me dejó... esa noche nevó, como en la película, cunado acaba la visión (Family Man, para el que no lo sepa) mi primera nevada la pasé llorando... y escuchando Linking Park (bajito, para no molestar)

Así acabó el otoño de 2002 y ese amor invertido, deshojado, estacional, que me hizo conocer la felicidad por primera vez...

 

 

2 comentarios

sheiLaah -

Q booNiitoh.. peRo me da penah! buueNo espero k no estes sufriendo ay muxa gente mejor en el mundo! seguroh;) besitos!

Javi -

(Uf, llevo una semana sin internet, cuántos post atrasados).

Sí, recuerdo esos ojos azules. Es más, no sé por qué, pero cuando veo a Nelly Furtado me acuerdo de "tu Isilla".

No sé si se recuerda siempre el primer beso (sobre todo si justo después vienen muchos más, y no recuerdas exactamente cuál fue el primero), pero sí la chica que te lo dio. Enhorabuena por esa primera felicidad, las que vinieron después y la que espero dure por mucho tiempo.